domingo, 22 de enero de 2017

Comunicación sensible...

Para quienes utilizamos una determinada lengua y hablamos sin cortapisas con la gente que se cruza en nuestro camino, ésta se constituye como la alternativa válida para comunicarnos.
Así surgen diálogos generalmente de poca trascendencia pero, a veces, lo inesperado aparece, el encuentro con el OTRO se produce y accedemos al "carozo del alma"
Esos momentos, mágicos, son los que nos permiten albergar la esperanza de que alguien se interesa auténticamente por nosotros, al punto de abrirnos su intimidad.
No lo anecdótico, no las secuencias de su pasar cotidiano, no los avatares de su cotidianeidad sino algo más profundo: sus sueños, sus fracasos, sus expectativas esperanzadoras, su potencia vital.
Esa experiencia, invalorable, nos interpela...Por qué aquellos que están supuestamente cerca, en quienes depositamos el afecto profundo, la confianza irrestricta, ignoran la posibilidad de la entrega???
Y, de repente, nos defraudan. 
No se habla de engaño, es algo más sutil, más doloroso, más profundo...nos invisibiliza como objeto amoroso.
No hace muchas décadas que se incorporó al lenguaje diario el concepto de Inteligencia emocional y parece que de ésto se trata, de su ausencia. 
Aun el abordaje de la materia dura requiere una pizca de dulzura, de sensibilidad frente al sentimiento del OTRO, de verdadera empatía.
Pero...
A veces es imposible y es entonces donde el futuro se transforma en pasado, las ilusiones -corroídas por la palabra- desaparecen y los días se vuelven iguales.
Una vez más

miércoles, 18 de enero de 2017

LA DUDA

La noche, cómplice callada de la reflexión profunda, la que amenaza a la sonrisa y se esconde, arteramente, tras las ilusiones golpeadas.
De noche, la duda adquiere un peso gravitacional inusual, peligroso, con la consistencia atemorizante de la niebla en un camposanto.
Los pensamientos, las imágenes, la llanura impertérrita... se suceden con la rapidez con que se precipita el paisaje al atravesarlo con un tren de alta velocidad.
Si se aguza el oído y se acalla el golpeteo del corazón, puede percibirse un sonido suave pero insistente, monótono, firme, delator de la existencia de un OTRO, aunque ese otro fuere la tierra misma que, pacientemente, nos espera. Es un palpitar sutil pero -ignoro la razón- que azuza cierto miedo tribal. 
Y entonces arrecia -como un vendaval de emociones- la duda, pero corroída por un sentimiento poderoso, inmanejable, que lucha denodadamente con la razón.
Alguna vez sentiste esta emoción inexplicable, que crece a la vera de toda voluntad?
Que hacer?

Que camino recorrer, que decisión tomar...aun en el fárrago de sensaciones que inundan la mente, distorsionando la "solución"?

jueves, 8 de septiembre de 2016

La palabra no dicha
Las palabras corporizan sentimientos, reflexiones, razonamientos, emociones y cuando no se atreven a aparecer  –salvo que estén en un proceso de elaboración previo a la dicción- fosilizan la materia viviente que representan.
El miedo, la fobia, el sedentarismo emocional, la apetencia de sensaciones que alejen el tedio existencial dificultan la emisión de la palabra.
Entonces, se produce el silencio, aún más cruel y significativo que aquel que encapsula los sonidos, la risa, la expresión del afecto, el temblar vacilante de la emoción que surge inocentemente, sin saber qué le espera. Un silencio cuasi metafísico, cargado de palabras vacías, de gestos inconclusos, de miradas huidizas.
El silencio hace más evidente el poder mágico de la palabra, la palabra sincera, la que hace exhibición de su poder disuasorio o de la ternura que la nutre, de la inteligencia que la engendra, de la compasión que exhibe, tan ingenuamente…
Y entonces, a veces, como estrella fugaz que nos sorprende en el atardecer de un día difícil, se produce el milagro de la comunicación, del encuentro de dos solitarios que ven el mundo con la mirada velada por el miedo, la duda, las esperanzas fallidas, el tiempo transcurrido…
Pero, no es gratis. Para llegar a ese momento hay que saber desprenderse del lastre que los años supieron adherir a la piel, con la insoslayable decisión de la piedra, con la inevitable fuerza del viento huracanado filtrándose hacia las entrañas de la sensibilidad.
Hay que ejercer el coraje de vivir, sin pensar en el mañana, sin recordar el pasado, con la fruición del presente que se va desgranando, a veces haciéndonos oscilar en la desorientación, otras, inundándonos de amor, ese amor tan temido.
Y así transcurre la vida, esquiva y huidiza, apasionada y vibrante, sin saber hasta cuando…


domingo, 20 de marzo de 2016

LA COSTUMBRE

Reflexiones de una tarde de sol intenso…
Costumbre, palabra aparentemente inofensiva que enmascara su fuerza destructora tras unos pocos fonemas.
Suele disfrazarse.
A veces opera como una comodidad pasajera, otras como lánguida monotonía, a menudo simula ser la única “ocurrencia” de frente a una posible elección.
Pero, siempre suele ser mortífera.
Aniquila lentamente, con el paciente andar de la oruga, con la confianza indubitable de su poder, hasta que ya es tarde.
Por eso, conviene estar alerta. Seguir sus pasos se transforma en la seducción del canto de la sirena pero luego, en poco tiempo, se descubre que su sola presencia preanuncia el principio del fin.
De qué?
No importa.

El fin de ese “algo” que alguna vez significó una posibilidad…

lunes, 14 de marzo de 2016

Orgullo? Miedo...

Nadie ingresa a lo imposible si no paga con silencio lo ganado (S. Kovadlofff)


Orgullo...emoción que se enmascara para bloquear nuestro camino.
Se disfraza y simula proteger nuestra dignidad, nuestro espacio, nuestros sentimientos, pero en realidad nos encierra en el error.
Qué otra cosa es esa armadura que nos separa del amor?
El amor siempre duele. En su grávida inconsciencia nos impulsa a la entrega pero entonces nos cerca el temor, que convoca al orgullo.
Y nos creemos inteligentes, seguros, fuertes, simplemente porque cedemos a la cobardía de la auto protección.
Se necesita coraje para amar, decisión cuasi animal para avanzar, simplemente, hacia el objeto amado, arrostrando las consecuencias, cualquiera fuere.
Si nos animamos, quizás se produzca el milagro del encuentro en el OTRO y vivenciemos el amor. 
Si no, será -otra vez- una oportunidad perdida, olvidada, pero que dejara fuerte huella en un futuro pasado, ahora presente.


miércoles, 15 de julio de 2015

La madrugada es cómplice

A la hora mágica en que los sonidos se esconden entre las hojas, el viento descansa por unas horas, la nube se encuentra adornada por un cielo oscuro, casi sin estrellas…revive la fantasía.
Ilusión de una vida que no se interrumpe con el llanto de la pérdida, ilusión de un momento de felicidad que no se difumina en el desencuentro, ilusión de una ternura que se aleja presurosa ¿O temerosa de ser correspondida?

El tiempo fluye demasiado rápido, se escurre y se deposita entre los pocos adoquines que emergen de un asfalto gris y monótono.
Pero no está solo.
Lo acompaña la melancolía por lo irrecuperable, por la sonrisa de aquel  niño –ahora hombre- que sólo dormita en mi recuerdo. También se esconde entre esas piedras de un pasado que sólo se evoca con la pupila encendida de alegría, y se ríe, mordazmente.

Qué sucedió que la inteligencia no alcanza a comprender? Qué mandato extraño condiciona su actitud y provoca la lejanía, convocando al abismo?
Imposible saberlo.
Para ello se necesita la mente poderosa de la piedra ancestral, la dura madera del tótem familiar, la descarnada captación de lo ausente.

Sólo aceptar, sólo el silencio como lenguaje, sólo la distancia como alternativa…

Carta de un niño...

"... CUANDO CREIAS QUE YO NO ESTABA MIRANDO..."
Cuando creías que yo no te estaba mirando...
...te vi colgar mi primer dibujo en la heladera y corrí
a hacer otro...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... te vi poner alimento en la tacita del gato y aprendí
que es bueno cuidar a los animales...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... vi lagrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas
veces las cosas duelen, pero que esta bien llorar...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... te vi hacer mi postre favorito y aprendí que las cosas
pequeñas son las que hacen la vida especial...

Cuando creías que yo no te estaba mirando...
... te escuche hacer una oración y supe que hay un Dios
al que siempre puedo acudir y aprendí a confiar en El

Cuando creías que yo no estaba mirando...
... te sentí darme el beso de las buenas noches y me sentí
amado y protegido...

Cuando creías que no te estaba mirando...
... te vi dar de tu tiempo y tu dinero para ayudar a gente
que no tenía nada y aprendí que los que tienen deben
ayudar a los que no tienen.

Cuando creías que no te estaba mirando...te vi cuidar
nuestra casa y a nosotros y aprendí que debemos cuidar
de lo que nos ha sido dado.

Cuando creías que no te estaba mirando...
... aprendí de ti las lecciones de la vida que necesitaba:
... como ser una persona buena y productiva...
... como decir "mucho" con tan sólo una sonrisa...

... Te mire y quise decirte...

"Gracias por todas las cosas que vi
cuando creías que yo no te estaba mirando"